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martes, 9 de diciembre de 2014

bondadosos y frios

Adoro viajar, son las 14:30 y a mi lado va una desconocida con una larga cabellera de un tono negro y rizada, por la ventanilla puedo ver largas laderas interminables y un sol que me hace entrecerrar los ojos.
Cada uno de nosotros vamos a un lugar diferente, pensamos diferente... pero fijándome un poco puedo observar los gestos de las personas que van en ese autocar, no somos tan diferentes unos de otros, quizás el de el asiento de detrás que duerme placenteramente, comparta mis mismos pensamientos, y creencias, pero nunca hablaremos, y yo nunca lo sabre.

En cada viaje aprendes la bondad, la gran bondad de los desconocidos, y también lo frío y borde que puede llegar a ser el ser humano.

Lo importante es llegar a nuestro destino, el tomar una bocanada de aire y dejar a todos esos bondadosos extraños y fríos desconocidos y recuperarnos con el calor de quien nos espere ansioso por nuestra llegada.