Seguidores

jueves, 21 de mayo de 2015

Bienvenidos al caos

Hoy me siento como si algo hubiera muerto dentro de mi, como si se avecinara un desastre, como si todas las fiestas y risas se convirtieran en lagrimas y despedidas.

Te tengo al lado y quieres mantenerme en mi grato mundo de fantasía, preservar  la seguridad que tengo de cumplir mis sueños, pero, puedo ver en tu mirada que todo se esta desmoronando y aunque estés sangrado sigues intentando pintar todo de arcoíris para mi.

Es hora de decir adiós, nadie quería esto, pero tu lo elegiste, lo elegiste cuando decidiste tomar otro camino, besar otros dulces labios, dirigir tu mirada hacia otros ojos afortunados.

No trates de disculparte, ni sentir lastima de mis lagrimas que comienzan a desbordarse, tu solo sigue tu camino dejando atrás un rastro de promesas que no valieron nada para ti, pero que yo creí a cada una de ellas, vete a esos otros brazos que te amparen mejor en las gélidas noches.




lunes, 18 de mayo de 2015

Temerosos.

Y aquí estamos, bajo la lluvia, mirándonos unos a otros con  unos ojos llenos de confusión y dudas.

Hemos crecido, y los viejos tiempos en los que correr era lo mas cercano a tocar el cielo se esfumaron, como las nubes de invierno.

Deberíamos sonreír y estar entusiasmados por la llegada del verano, pero se nos ve temerosos, agotados de los golpes que nos dieron nuestros viejos compañeros que siempre nos elegían para cualquier cosa, para transmitirles toda nuestra seguridad.

Miramos hacia la izquierda y hacia la derecha, y no están... ahora han sido sustituidos por extraños, unos extraños  que en unos días pudieron reconstruir lo que otros en años construyeron para destruirlo delante de nuestros propios ojos.

Extrañamos esas sonrisas inocentes, esas tardes llenas de fatiga y de constantes juegos, si,  lo mas seguro es que no vuelvan.

Todo se desmorono cuando empezamos a descubrir superficialmente que era el amor, que era el querer a alguien con otros ojos, que eran las traiciones, el mundo fuera de los balones de los juegos de los muñecos, ese mundo destruyo nuestra inocencia, y empezamos a ser como el resto:  malos, interesados, solo buscando el beneficio propio, y no para nuestro querido amigo que no se separaba y que siempre nos mostraba su mano para llevarnos a cualquier parte a la que fuera.