Con dos bengalas en las manos y alzadas hacia el cielo, das vueltas como si en tu vida no hubiera nada que pudiera pararte.

Será quizás el verano.

Pero un día te vi coger tus maletas dejando atrás la ciudad.
Ese brillo en tus ojos esa fuerza..
Mirate, no tendrás un lugar llamado hogar , pero se te ve tan feliz con tu errante vida, que... todo valió la pena .

Aquel pajarillo....

Yo me considero como ese pajarillo que desde su jaula observa el sol de verano y ve como los demás vuelan en ese cielo azul que quizás jamas podrá sentirlo bajo sus alas.
Intento escapar de esa jaula pero siempre hay una mano que me sujeta y me devuelve al principio de todo,
No soy como ellos, llevo la libertad tatuada en mi alma. Pero esos barrotes son tan difíciles de sobrepasar, no tengo nada con que poder destruirlos.
Y sigo viendo los días pasar... de vez en cuando se paran para intentar llevarme con ellos ... Sin éxito....
Creo que ya no me quedan lágrimas con las que liberarme de esta rabia.

Esos ojitos cobrizos con un fino tono verde me observan depositando en mi toda la fe y esperanza.
Confian en que pueda romper mis barreras, y volar con el, hasta el anochecer.
Me promete que no emprenderá vuelo si no es conmigo.
Debo decirlo con coraje, pero... Es lo único que me sostiene entre tanto horror.

Algún día...
Eso nos decimos cada noche.